Aquel relato causó un poderoso impacto entre los habitantes de una ciudad acostumbrada a escuchar historias de túneles secretos que eran presuntamente usados por los poderosos del virreinato para moverse sin ser vistos o huir cuando la cosa se ponía fea y las turbas se encontraban más perturbadas.
Pero lejos de las exageraciones y los elementos amarillistas que la historia de Dalevuelta pudiera contener, sus párrafos confirmaban que la CDMX era un auténtico cementerio de monjas, fetos y escalofriantes tesoros.
Las décadas pasaron y ni la construcción del Metro, ni los importantes niveles de hundimiento que tiene la ciudad borraron del imaginario colectivo aquellos relatos. Lejos de eso, nuevos mitos urbanos empezaron a correr como la polvora asegurando que la línea 2 del Metro no termina, como todos creen, en Cuatro Caminos. De acuerdo a la leyenda, la famosa línea continúa hasta el Campo Militar, al lado del extinto Toreo, en donde existiría una estación secreta pensada para movilizar al ejército en caso de contingencias o disturbios en el Zócalo capitalino.
Pero los misterios del Metro no terminan ahí: hay quiénes aseguran que existe otra estación oculta entre Constituyentes y Auditorio que sirve para salvaguardar a la familia presidencial en caso de guerra; e incluso no faltan personas que afirman la existencia de pasadizos en los centros comerciales de Santa Fe e Interlomas para ayudar a mover a la gente importante de un lugar a otro y sin peligro de ser secuestrada.
Incluso un internauta va más lejos y confiesa haber recorrido el único túnel real y verdadero que existe en la CDMX; el cual conecta Palacio Nacional con Los Pinos por razones de seguridad.
¿Mitos, leyendas o realidades? las historias del Metro son incontables y con seguridad hay muchas otras que ni siquiera han salido a la luz. Lo único cierto es que entre los relatos de ese perturbador y oscuro mundo subterráneo de la capital mexicana existen túneles, pasadizos, sectas oscuras, fantasmas, galerías, laberintos, tumbas y tesoros eternamente grabados en el imaginario de sus habitantes.
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Marlon Huerta Blogger
Siempre hay una recompensa, más alla del GAME OVER.